Lenin ya se dio cuenta de que en el momento en el que
se encontraban después de la revolución de 1917, era muy difícil construir una
sociedad socialista basada en la literatura marxista. Quería fortalecer el
aparato estatal soviético, consiguiendo que el propio Estado fuese un
instrumento de intervención económica. El primer plan económico impuesto por
los bolcheviques, el denominado “comunismo de guerra” no estaba fundamentado en
ninguna teoría anterior, pero daba una solución urgente ante las necesidades de
la guerra civil. Después de la guerra, la economía soviética se encontraba
mucho peor que al inicio, la guerra había hecho perder a una parte importante
de la población. En estas circunstancias fue cuando se propuso la implantación
de la NEP que mencionamos en entradas anteriores.
Uno de los mayores defensores de las propuestas de la NEP,
una vez había caído Lenin gravemente enfermo fue Bukharin. Argumentaba que la
industrialización debía estar precedida por un desarrollo agrícola si se
pretendía avanzar, y estas relaciones de desarrollo debían ser capitalistas
hasta que la industria pudiese ser dominante. Llegó a considerar más adelante
que las relaciones económicas de la NEP no deberían ser transitorias y debían
continuar a lo largo de toda una generación. También, en contra de la opinión
de Trotsky, estaba a favor de no perseguir los kulaks ya que podían poner en
riesgo el abastecimiento de alimentos.
Igualmente, pese a que al principio los resultados de
la NEP parecieron ir bien, a finales de 1927 empezó a estancarse. La superficie
de campo labrada se redujo y la producción no llegó a los niveles esperados.
Este estancamiento de alimento impedía el desarrollo del proceso de industrialización
y frenaba la acumulación de capital. Con Stalin, la idea de expropiar los kulaks
empezaba a cobrar fuerza y finalmente la NEP fue abandonada en 1929, iniciando
el proceso de colectivización de las granjas. La inversión total se quería
referir en mayor medida hacia la industria pesada, sobre todo en lo que refiere
a armamento. Se veía probable una guerra inminente o la posibilidad de una
agresión internacional. En algunos sectores se planteó invertir no solo en
armamento, sino también en productos básicos, en alimentos. Igualmente,
prevalecieron los intereses armamentísticos y el presupuesto militar subió del
3,4% al 33% . La colectivización forzosa hizo estragos entre los
campesinos. Era necesario crear una
conciencia de necesidad, fomentar el trabajo como un “don” o una especie de
fuerza que dignificaba a los trabajadores y los hacía mejores ciudadanos, comprometidos
con su patria y con el bien común. A raíz de esto surgieron múltiples carteles
alabando las virtudes del buen trabajador, tanto en las fábricas como en los
campos.
"Contra las vacaciones, el absentismo y la embriaguez para un rápido ritmo de trabajo" Autor desconocido. Cartel de dominio público. 1930
"¡Hagamos el plan de 5 años (plan quinquenal) en 3!". Autor desconocido. Dominio público. 1930
"¡Vergüenza para los llorones, flojos y sin fe!" Autor desconocido. Dominio público. 1930
Todos estos intentos de motivar a los trabajadores,
haciéndolos ver como héroes sacrificados son el contrapunto a los intentos de
frenar el absentismo laboral, en la mayoría de casos debido al alcoholismo o a
las enfermedades. El alcohol en la Unión Soviética es (y sigue siendo en Rusia)
un problema. Muchas de las moralinas del "nuevo ciudadano soviético"
iban dirigidas precisamente a frenar este problema, al igual que otros muchos
factores que se consideraban inmorales, como la prostitución. Hay que tener en
cuenta, que, no sin cierta ironía, el consumo de alcohol aumentó precisamente
por los rápidos ritmos de trabajo, el aumento de la población en las ciudades y
las complicadas situaciones derivadas de la industrialización.
"!Lucha contra la ebriedad!" Cartel de dominio público. Artista desconocido
"¡Vergüenza!" Cartel de dominio público. Artista desconocido. 1940 (aprox)
La prostitución era otra lacra que consideraban que
había que eliminar. Tras la revolución, se abolieron todos los derechos de esta
profesión, aunque las trabajadoras sexuales quisieron que se reconocieran sus
derechos y poder crear su propio sindicato. Muchas de las mujeres que
ingresaban en campos de trabajo forzados se habían dedicado a la prostitución.
Eran consideradas como “víctimas del sistema capitalista”. La prostitución sin
embargo siguió existiendo de forma oculta, enmascarada en otro tipo de
servicios. De igual forma, muchos carteles iban dirigidos a frenarla, al igual
que hicieron con los del alcoholismo.
"¡Intensifiquemos la lucha contra la prostitución, el más vergonzoso legado del capitalismo!" Autor desconocido. Museo Estatal Ruso de San Petesburgo. 1930
FUENTE:Lewin, M., Elliott, G., & Esteve, F. (2006). El siglo Soviético:¿ qué sucedió realmente en la Unión Soviética?. Crítica
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