lunes, 25 de mayo de 2020

La nueva construcción social. La lucha contra la religión y el capitalismo.




La lucha por trabajar, por fortalecerse, por producir y por crear una conciencia nueva, el nuevo ciudadano soviético. Esas eran las máximas. Los ciudadanos debían cuidarse, debían educarse y debían trabajar, pero también, debían concienciarse en una nueva moral. Durante los primeros años existieron carteles para aconsejar cómo limpiar la casa de uno, como higienizarse en el trabajo para evitar epidemias (hubo una muy catastrófica de Tifus), pero de las que más abundaron fueron las que iban contra el capitalismo, el imperialismo y contra la religión. Uno de los más icónicos y que más veces se han reproducido es el siguiente




En él vemos como Lenin, sobre la bola del mundo, está “barriendo” a un cura (ortodoxo), un rey (o emperador) y un hombre adinerado (representando el capitalismo). El texto dice: “El camarada Lenin barre la escoria de la tierra”. Poco más que añadir.

En cuanto a la religión, desde hace unos 200 años no se elegía un nuevo patriarca para la Iglesia Ortodoxa Rusa. La revolución supuso una ruptura total con la monarquía, y esto a su vez, suponía romper cualquier lazo que se unieran a ella, entre muchos, estaba la Iglesia. Vivía una crisis sin precedentes como institución, a pesar de que muchos ciudadanos se consideraban creyentes ortodoxos. Lenin afirmaba que “adorar a cualquier dios era necrofilia ideológica”. Los bolcheviques, basados en ideologías marxistas, eran profundamente ateos. Los sacerdotes estaban excluidos de su concepción como ciudadanía y no tuvieron derecho a voto, además de que muchas iglesias fueron cerradas. Hay que tener en cuenta de que desde siempre, uno de los estamentos más privilegiados era el secular, y dentro de la concepción comunista no había pie para considerarlos como tal, por tanto, fueron vetados de todo poder y Lenin en 1922 ordenó confiscar sus bienes para darlos a los más necesitados. Se creó incluso una “Liga de Ateos Militantes” que promovieron una campana mediante cartelerías y diversos tipos de propaganda para que los ciudadanos viesen a la religión y a las creencias como algo peligroso para el avance. Hasta después de la segunda Guerra Mundial y bajo el poder de Stalin, que volvió a permitir el culto (por motivos estratégicos), los ortodoxos estuvieron perseguidos. Aquí os dejo algunos ejemplos de estos carteles.




"Los curas ayudan al capitalismo y molestan a los trabajadores" D.Moor 1920

                                "La religión es un veneno, protege a los niños" N.Terpsijórov 1930



Sobra decir, que otra de las características del comunismo es su lucha contra el capitalismo. El poder que ofrecía la concentración del capital en unos pocos y el abuso de la mano de obra trabajadora para obtenerlo era la antítesis de la concepción comunista. El mundo occidental capitalista era el enemigo, y esto se hizo mucho más patente durante la época de 1930. Hay que tener en cuenta, que en su mayor parte, estos carteles reforzaban la idea negativo de los extranjero, y no tanto el capitalismo en sí, dado que el regimen de Stalin se construyó sobre bases pseudo capitalistas burocráticas. Pero esto es otro cantar.

              "Muerte al capital, o muerte bajo el capital" Cartel de dominio público de autor desconocido. 1919



FUENTE: Zinoviev, A. (1983). Homo sovieticus. L'Âge d'Homme.


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