viernes, 29 de mayo de 2020

La victoria bolchevique y la llegada de Lenin al poder. 1917.


Durante el período de la Primera Guerra Mundial Rusia se encontraba en una situación de derrota, tanto por las grandes pérdidas en la Guerra como por el hambre y la miseria que se vivía en el país. El duro invierno de 1917 no ayudó a suavizar el clima de agotamiento, enfado y desencanto por todo lo que estaba ocurriendo. En Petrogrado (actual San Petesburgo) se inicia una revuelta por parte de los trabajadores de las fábricas que se prolonga durante todo el mes de febrero del mismo año. Las consignas contra la Guerra y contra el Zar se politizan contra el gobierno. Nicolás II ordena la repression del gobierno y manda a sus soldados a disparar contra los manifestantes. Mueren centenares de manifestantes. Esta revuelta es conocida como “La Revolución de Febrero”.

Días antes de la revolución los trabajadores pedían pan, estaban muriendo de hambre. Era el día de la mujer en Rusía. Muchas de ellas, decisivas valerosas, fueron llamando a los trabajadores a la revolución. Al día siguiente, cerca de 200.000 trabajadores estaban en huelga. El 25 de febrero las tropas tenían la orden de disparar a los manifestantes, desarmados. Muchos de los disparos fueron al cielo. El regimiento de Pavlovsk decidió finalmente no disparar contra los trabajadores y esta vez los disparon fueron contra la policía. Desde ese momento, muchos de los militares fraternizaron con las revueltas y los trabajadores y se unieron a ellos. Fue un acontecimiento decisivo. Incluso los Cosacos hicieron la vista gorda.
Los trabajadores llegaron a tomar gran parte de la ciudad, ocupando espacios públicos por todas partes. Para asumir la gestión de la ciudad, los trabajadores organizaron Soviets ( consejos de obreros). En marzo de ese mismo año, el Zar abdicó.
El grueso del comité ejecutivo del Soviet estaba formado por dirigentes reformistas (social-revolucionarios y mencheviques) en lugar de tomar el poder, buscaban entregar el poder a la burguesía, creyendo que serían los únicos capaces de gobernar. El apoyo social a esta opinion no era muy fuerte, pero por el momento no había otra opción, y ante el miedo a un mal mayor, se formó el gobierno provisional formado por grandes terratenientes e industriales.

Esta decision conllevó a que los burgueses, como era de esperar, quisieran devolver el poder a los zares. El problema los mencheviques  contaban con el apoyo de muchos miembros de la Duma (parlamentarios). Seguían en su idea constante de que este gobierno provisional asentaría la democracia en el país. Ante el descontento entre los trabajadores, Stalin y Kamenev, que habían vuelto del retiro en Siberia, apostaron por la union entre Mencheviques y Bolcheviques, cuya incipiente rupture según afirmaban, no era en absoluto beneficiosa.

Por otra parte, Lenin, al enterrarse del derrocamiento del gobierno de los Romanov, telegrafío al Pravda para exigir que se desconfiara del nuevo gobierno burgués y que los trabajadores debían armarse y conseguir unas elecciones inmediatas. La oposición ante un acuerdo con los Mencheviques por parte de los Belcheviques que Lenin promovía en sus cartas causó un desconcierto en estos últimos, que no supieron muy bien cómo actuar. Solo uno de los líderes socialdemócratas confió en Lenin, Trotsky.


                                                   Ilustración de Ekaterina Lobanova


Muchos de los movimientos que siguieron fueron vistos como “trotskistas” dado que entre viejos bolcheviques veían que la influencia de Trostsky sobre muchos de sus camaradas era decisiva. Una Guerra civil se abría paso entre los mencheviques, que eran mayoría en los Soviets y parte de los Bolcheviques que estaban a favor de las consignas de Lenin. Lenin lanzó la famosa proclama “!Todo el poder para los Soviets!” precisamente para hacer ver que la única solución era precisamente, que el poder debía tomarse desde dentro del Soviet para ganarse a la población que tenía ilusiones reformistas.

Los mencheviques se negaron a tomar el poder, convencidos de que debía seguir gobernando la burguesía. La clases dominantes quisieron tomar venganza contra los bolcheviques reaccionarios dispuestos a seguir las consignas de Lenin. El resultado derivó en una derrota de los bolcheviques, motivo por el que Lenin se vio obligado a refugiarse en Finlandia, donde se preparó el terreno para la contrarrevolución. Los bolcheviques, poco a poco, y mediante movimientos pacíficos, lograron concienciar a gran parte de los obreros y la ciudadanía, incluso a soldados de los soviets. Lenin, al fin, vio el momento idóneo para la toma de poder, conduciendo a los bolcheviques a la Victoria en Octubre de 1917.



FUENTE: 
White, WC (1936). Lenin (Vol. 1).
 H. Smith y R. Haas.Luxemburgo, R. (2017). La revolución rusa (Vol. 330). Ediciones Akal.

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